Wednesday, June 15, 2011

Final de Película a las Cuatro Horas del Presidente Barack Obama en Puerto Rico

Video:  Entrevista en Univision (15 de junio de 2011). 
Búscala: http://www.youtube.com/watch?v=oAjQvHkpMFc

El 14 de junio de 2011 el Presidente Barack Obama hizo historia al visitar Puerto Rico. Han pasado 50 años desde que el Gobernador Luis Muñoz Marín fue anfitrión en San Juan de John F. Kennedy; ningún presidente en funciones volvería a visitar la isla hasta la visita de Obama.  Son múltiples las lecturas pertinentes a este evento, las cuales tomamos una a una.

Como es costumbre en las visitas presidenciales en todo Estados Unidos, el Presidente Obama participó en una actividad de recaudación de fondos para el Partido Demócrata.  Un evento perfectamente legítimo que es función obligada para todo Presidente que, como Obama, aspira a la reelección y tiene que ir guardando los fondos necesarios para poder llevar su mensaje a todos los electores.  Las contribuciones políticas para candidatos a puestos federales están permitidas --y reguladas-- en la legislación de los EEUU.  Es más, no van dos años de que el Tribunal Supremo de los EEUU decidiera que hasta las corporaciones privadas tienen derecho a hacer contribuciones a los candidatos a puestos federales de su preferencia.  Y la Primera Dama, Michelle Obama, estuvo estos últimos días en varias actividades del Partido Demócrata en California mientras el Presidente hizo lo propio en Miami y San Juan.  En Puerto Rico causa no poca suspicacia el recogido de fondos para política, por las múltiples acusaciones que han trascendido recientemente de políticos locales que alegadamente dan o niegan favores a base de quién les haya donado dinero o no para la campaña.  Pero eso es materia que no aplica en el presente caso.

Por otra parte, los puertorriqueños esperaban escuchar del Presidente su compromiso --y visión-- con respecto a la relación política de Puerto Rico con los Estados Unidos.  El Presidente enfocó dos temas principales: que él apoya que los puertorriqueños se expresen en las urnas libremente sobre esto y que el proceso debe ser uno "legítimo" y "contundente".  El informe más reciente de su grupo de trabajo de Casa Blanca sobre Puerto Rico promueve un proceso de dos etapas, el cual Obama avaló nuevamente en su visita.  Al destacar que la votación debe ser legítima telegrafió claramente al liderato político local que toda consulta debe proveer una oportunidad real y en igualdad de condiciones para las opciones que apoyan los distintos sectores de Puerto Rico y que no debe ser un proceso pre-diseñado con miras a beneficiar a una opción o de excluir a una porción importante de electores.  Además, el enfoque en la contundencia del voto no es otra cosa que la advertencia de que el cambio real de status no puede llegar si no es apoyado por un amplio sector del electorado.  Aunque Obama se cuidó de precisar cuál debe ser el número de votos (o de participación electoral) mínimo para que el proceso sea uno "contundente".  Hasta aquí ninguna sorpresa en cuanto al contenido pero con una diferencia sumamente trascendental: fue escuchado en suelo puertorriqueño desde los labios del Presidente.

Quienes critican que Obama vino a Puerto Rico a recoger contribuciones políticas ignoran a su propio riesgo el valor incalculable que tiene el que el Presidente venga a Puerto Rico y hable, en Puerto Rico, sobre los asuntos que más le importan a los ciudadanos.  La Presidencia es ese "bully pulpit" (tribuna irresistible), como le llamara Theodore Roosevelt hace tantos años, que Obama y todos sus antecesores en el cargo han usado a conciencia para dirigir la atención (y la opinión) pública, enfocar la burocracia federal y establecer una agenda de iniciativas importantes.  La prensa nacional y mundial le siguen los pasos al Presidente donde quiera que va y en esta ocasión enfocaron el tema de Puerto Rico desde las dimensiones que el propio Obama abordó en sus cuatro horas en la isla: creación de empleos, seguridad y defensa, dependencia energética y costos de hacer negocio (incluso habló de la Ley Jones, que encarece la transportación de productos entre Puerto Rico y el exterior al requerir que sea posible solamente en buques de bandera estadounidense).  El contraste con la mayoría de los Presidentes de los últimos cuarenta años no puede ser mayor pues éstos por lo general se han mantenido fríamente distantes de los temas de Puerto Rico.  Este Presidente se ha mostrado comprometido y dispuesto a usar abiertamente su capital político como otros no lo han hecho.

En el plano electoral, de cara a las elecciones presidenciales de 2012, esta visita a Puerto Rico es muy importante para Barack Obama.  El censo federal de 2010 refleja que los puertorriqueños son una fuerza electoral importante en New York, New Jersey, Connecticut, Pennsylvania (que ningún republicano ha ganado desde 1988) y Florida (donde George W. Bush ganó el Estado y la Presidencia por el estrecho margen de 600 votos y que, según el censo reciente, cuenta con casi 900,000 puertorriqueños en la zona central Tampa-Orlando).  La estrategia de Obama depende de mantener su victoria de 2008 en Pennsylvania y asegurar Florida, por no hablar de estados como New Mexico, Nevada y Colorado que están en la mirilla de Obama y en los cuales los hispanos constituyen el voto flotante que decide elecciones -- si no lo cree, pensemos en Harry Reid, quien logró revalidar a su escaño en las elecciones de 2010 gracias al voto hispano en Nevada. 

Las presidenciales del 2012 se perfilan muy cerradas, sobre todo cuando las encuestas ubican al Presidente en igual nivel que aprobación previo a la muerte de Osama bin Laden y los datos de empleo recientes indican un aumento de una décima de punto porcentual sobre el 9% en la tasa de desempleo (ningún Presidente ha logrado la reelección con el desempleo mayor al 6%, excepto Ronald Reagan en 1988 cuando rondaba el 7% pero la tendencia era sólidamente de nuevos empleos mes tras mes previo a la elección).  Obama necesitará el apoyo de todas las fuentes que le llevaron a la victoria en 2008 y está consciente de que los hispanos fueron una tercera parte de los 9 millones de votos con los cuales ganó.  La visita a Puerto Rico de seguro será vista muy favorablemente por los millones de puertorriqueños que habrán podido haberse mudado a los Estados Unidos pero su corazón sigue mirando a su isla.  No en balde, en sus palabras al llegar a Puerto Rico, Obama repitió que las luchas de los puertorriqueños son parte de las luchas de todos en los Estados Unidos, haciendo frente común a problemas que son prioridad dondequiera que él va en la nación. 

Las cuatro horas de Obama en Puerto Rico llegaron a su fin rápidamente.  Y la última escena pública que le dejó a los puertorriqueños fue su sorpresivo almuerzo con el pre-candidato a la Gobernación y Presidente del opositor Partido Popular Democrático, Alejandro García Padilla, ante la vista de todos y en una panadería muy concurrida de la zona metropolitana de San Juan.  Demás está decir que fue el evento más comentado de la visita.  De hecho, la "fotografía del día" en la página oficial de internet de Casa Blanca fue la foto del Presidente almorzando holgadamente con García.  Fue un balde de agua fría sobre la administración del Gobernador Luis Fortuño que en efecto neutralizó el uso que, como propaganda, el republicano Fortuño podía haber dado a la visita si fuese a reclamar crédito localmente por la tan esperada llegada presidencial. 

Hace 50 años el Presidente demócrata John F. Kennedy estuvo en una visita oficial muy recordada con el líder popular Muñoz Marín.  Cinco décadas más tarde, en esta ocasión, Obama tuvo una breve y hermética visita al Gobernador en su casa oficial (prácticamente nadie pudo ver a Obama llegar -- o salir a toda prisa de allí).  Minutos más tarde trascendía que Obama estaba apretando las manos del público y en su muy pública reunión con quien en efecto busca la silla que hoy ocupa Fortuño. 

Obama  mostró nuevamente un dominio muy sofisticado de la política en Puerto Rico.  Y hay que darle crédito por un uso muy eficiente del tiempo.  Fue un final de película para un día poco convencional en la isla.  Con el máximo alcance de "rating" por un Presidente que posee una habilidad para manejar los medios de comunicación que es la envidia de muchos. 

Simplemente, surreal.  

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