Wednesday, July 27, 2011

Desenfocado Washington: Juegos Políticos en Tiempos de Crisis Económica

Video: Entrevista en Univision (Interview) 27 July 2011
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El Presidente Barack Obama y el Speaker de la Cámara de Representantes John Boehner están en son de guerra.  Con respectivos discursos esta semana han puesto en marcha la poderosa herramienta de la opinión pública para presionar con fuerza al contrincante en esta batalla presupuestaria en tiempos de crisis económica.  Nadie quiere ceder.  Hasta ahora, según las encuestas, el 68 porciento del público responsabiliza a los republicanos por este fiasco que ya lleva semanas.  Ha funcionado la estrategia del Presidente.  ¿Continuará esto así hasta las elecciones presidenciales del 2012 de manera que logre revalidar? 

La culpa es de todos; pero nadie quiere cargarla.  La deuda de más de catorce miles de billones de dólares del gobierno de Estados Unidos es consecuencia de los años que lleva gastando el dinero que no tiene.  Para todos los efectos la economía más grande del mundo ya se gasta lo mismo que produce.  Como no está ahorrando, se está quedando corta en inversión suficiente en la educación, investigación e innovación, los pilares de la administración de Barack Obama para crear empleos y reactivar a largo plazo la economía.

Bill Clinton le legó al Presidente George W. Bush un presupuesto balanceado y una deuda de tres mil billones.  Las proyecciones eran que esa deuda quedaría salda y habría un superávit de más de dos mil billones para el 2011.  Lo cierto es que ese supuesto superávit se esfumó.  Estados Unidos le debe a inversionistas de todo el mundo, gobiernos extranjeros y a sus propias agencias más de catorce miles de billones de dólares.  (A China le debe más de $1 mil billones; casi lo mismo a Japón).  ¿Qué pasó?

Una verdadera "tormenta perfecta": malas decisiones presupuestarias y contributivas; falsas expectativas económicas; y el gasto enorme en seguridad por el 9-11 y las guerras de Iraq y Afganistán.  Bush enamoró al electorado del 2000 diciendo que le iba a devolver a los votantes todo ese superávit federal que vaticinaban los “expertos”.  (Y lo hizo; todos los que habíamos pagado contribuciones federales recibimos en el 2001 un buen cheque cortesía del tío Sam).  Amparado también en las proyecciones de bonanza interminable logró legislación que redujo las contribuciones a individuos y corporaciones que más ingreso generan.  Estos beneficios todavía existen hoy, representan un costo directo al tesoro y son vacas sagradas que gozan de la fijación obsesiva de los republicanos en el Congreso de no aprobar ningún impuesto, aunque esté dirigido a personas que no están tomando su justa parte de la “amarga medicina” que tanto oprime a la clase asalariada y que se ha vendido como “indispensable” para salir de la crisis.

La administración Bush redujo las fuentes de ingresos al reducir las contribuciones federales y complicó las finanzas federales al invadir Afganistán e Iraq SIN BUSCAR fuentes para pagar esos gastos (pues no preparó con el Congreso nuevas contribuciones para financiar la guerra).  Sobre todo en Iraq, se trató de una colosal extravagancia pues esa guerra fue justificada en premisas de dudosa validez que no pasaron el cedazo de la prueba irrefutada (las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein nunca aparecieron).   Fue la primera vez que Estados Unidos participa en una guerra y solamente hace préstamos para pagarla (dejándole la factura a quien venga después).

Si Bush heredó de Clinton 3 mil billones de deuda y un presupuesto balanceado, Bush le dejó a Obama 8 mil billones adicionales de deuda y un presupuesto anual para el cual hay que tomar prestado 40 centavos de cada dólar (pues solo se recauda, por impuestos, el 60 porciento de los fondos requeridos EN EL PRESUPUESTO ANUAL).

Difícil tarea tiene el Presidente Obama: vender un paquete de medidas que deberá traer nuevos impuestos y disponer de un presupuesto con menos fondos para los programas de asistencia, desarrollo e inversión que son tan necesarios para reactivar la economía.  En lo absoluto el escenario ideal para quien pretende lograr un nuevo término presidencial en 2012 y que sabe que el tiempo apremia (el desempleo sigue sobre el 9% y estamos a 15 meses para las elecciones).

En esta época de vacas flacas es penoso decir que el tranque entre demócratas y republicanos, y las imprudencias económicas del pasado, complican la gestión del gobierno federal, llamado como está a darle la mano a bancos, aseguradoras y casas automotrices como también a la mujer y al hombre jefes de familia que son la verdadera riqueza y el mejor porvenir de toda una nación. 

Mientras el ciudadano promedio lucha por seguir a flote, pagar su hogar y cuidar de los suyos, vemos cómo los bandos políticos tradicionales se atrincheran y continúan defendiendo posturas irrazonables en los tiempos extraordinarios que vivimos. 

El mundo entero está mirando a Washington.  Esperando si tiene lo que se necesita para cumplirle a la nación antes de que se acabe el dinero algún día de comienzos de agosto de 2011.  Lo dicen las casas evaluadoras del crédito, lo dicen los mercados de valores a nivel mundial, lo reafirmó la nueva Directora del Fondo Monetario Internacional Christine Lagarde y lo exigen los veteranos, pensionados, contratistas, y miembros de las fuerzas militares de EEUU. 
El tiempo se acabó.  Washington tiene que retomar el foco ahora.

Tuesday, July 19, 2011

Europe & Asia in One Shake of a Lamb's Tail

Video: Univision News Interview (Entrevista) 20 July 2011
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Secretary Clinton's Trip to Turkey, Greece, India, Indonesia & China


The Obama Administration has designed an ambitious national security strategy to advance the economic, political, diplomatic and military goals of the United States.  

Easy to find a "grand" vision for this trip, which truly spans the entire Eurasian continental mass: in this global village everywhere and everyone matters.  Each of the five countries Hillary Clinton will visit in a matter of days is key in that complex strategy.  

A poignant four-day stint in Turkey and Greece highlights to the world that the United States continues to wield awesome diplomatic and military power as mediator between these two archenemies, NATO countries that straddle the psychological divide where "Europe" arguably "ends" (or is it "begins"?).  This top level American visit  to the traditional Christian/Muslim fracture line that runs through the Balkans bolsters Secretary Clinton's words that she is an enthusiastic supporter of Turkey's entry (when?) to the European Union while assuaging her Greek hosts that they have not lost their allure and remain an important ally in a troubled zone (just as when President Truman singled their country for massive military assistance as one of the first battlegrounds against communism in the late 1940s).  

Both NATO allies gained from the visit. Greece got a much-needed dose of support and respect vis-a-vis its anxious 17 eurozone-partners and sovereign debt creditors, all of whom (with no little opportunism, not to say hypocrisy) blame Greek fiscal irresponsibility for the current debt crisis and fear the common currency system will unravel as default contagion spreads to Portugal, Spain and possibly Italy.  As for Turkey, timing could not be more favorable.  With this visit, Turkey gained needed boosting in its aspirations to become a member of the European Union (notwithstanding religious and cultural prejudices) and words of support in its struggles with separatist Kurdish groups.  

As for the United States, meetings with Turkish and Greek authorities strengthened relations with NATO partners, reduced Greek-Turkish tensions (somewhat) over the future of Cyprus and obtained reassurances (concrete results yet to be seen) that neither country will allow ships to sail from local ports to bring aid to Palestinians in Gaza (in defiance of Israeli patrols enforcing a maritime blockade).  Additional, interesting components of Secretary Clinton's Istanbul agenda were bilateral meetings she held with leaders of important oil-producing Qatar and Kuwait. These Arab monarchies, vital to Persian Gulf oil exports, lie too close to nuclear-ambitious Iran for comfort.  And must have been monitoring popular unrest and democratizing events in their kin countries of Egypt, Tunisia, Syria and Jordan with significant trepidation.

Clinton left Europe for "Strategic Dialogue" meetings with India in New Delhi. In her words, these meetings "establish a foundation for addressing shared problems, advancing shared interests, and managing differences."  An American alliance with India, a leading "emerging economy" and the world's most populous nation next to China, has been an Obama Administration priority.  India presents  important bilateral trade opportunities; moreover, a close partnership is a matter of geopolitical necessity when one considers recent and very public spats with Pakistan over Afghan war operations and the death of Osama bin Laden, as well as the complicated task of managing Chinese trade policy and political ambitions in Asia and the Pacific rim. India has become an indispensable ally for U.S. foreign policy.

Size does matter in this trip.  Clinton will visit the world's most populous Muslim nation: Indonesia (another "key" strategic dialogue partner and "Muslim reset policy" target).  And, almost as a foregone conclusion, the Secretary of State will then visit China.  Chinese authorities will surely regale the Secretary with customary complaints about cozy India-U.S. arrangements that mean to "contain" China.  Then expect them to grill Clinton over Uncle Sam's iou's and the President's plan not to default and make good thereon in the event no agreement is reached in Washington to raise the federal debt limit before "doom's-day", August 2, 2011.  
(China holds in excess of $1 trillion in federal treasury bonds and thereby is the largest U.S. creditor: "show me the money").  

Too bad I could not be in the room to witness Clinton's private remarks to her Chinese hosts on India relations and treasury bills.  Prudence dictates not to make much of the India visit.  Diplomacy (and good manners) would likely counsel against talk that the very public (partisan and virulent) debate among Congressional leaders and President Obama over federal government debt and the fiscal 2012 budget,  the type of policy war that never occurs in China (at least openly or with any public input), perfectly squares with  the Founding Fathers' constitutional design to ensure, through checks and balances between President and Congress (the "political" branches of government), that the American people is sovereign and free, not "lorded" over by autocratic government.     

Which brings us full circle, back to the trip's first stop: Greece and Turkey.

There is a temptation to extol the "democratic" legacy of ancient Greek cities (ruins in present day Turkey and Greece) as the inspiration upon which this Eurasia visit was launched.  For now, strictly for space reasons, I shall not indulge it.

Wednesday, July 13, 2011

Fácil Matar en América Latina

Video: Entrevista en Univision / Live Univision Interview (13 July 2011)
Mira la Entrevista / Check out the Interview



Ha Muerto Facundo Cabral
El crimen está fuera de control en América Latina.  El cantautor argentino Facundo Cabral fue asesinado en pleno aeropuerto de Guatemala.  Los partes de prensa indican que se ha arrestado a dos sospechosos de ser cómplices en esta operación que parece se trató de un contrato en el mundo del narcotráfico cuyo objetivo lo era el productor nicaragüense que acompañaba a Cabral.  Murió Cabral y el acompañante fue herido severamente.   Otro inocente cae impunemente en nuestro entorno, víctima de la violencia ligada al crimen organizado.

Para los más de 250 millones de habitantes en la región del Caribe y América Central, el homicidio se ha convertido en constante del diario vivir, un mal social que refleja las profundas incapacidades para atender el desarrollo social, proveer verdadera paz y seguridad, y promover la justicia y el respeto a las instituciones. 

Se dice que América Latina se encuentra en su tercer momento democrático en la historia, con elecciones abiertas, altas tasas de participación ciudadana en las elecciones y cambios de gobierno frecuentes y relativamente pacíficos.  Esta tercera ola democrática latinoamericana es significativa porque ya entra en su cuarta década ininterrumpida.  Sin embargo, sus gobiernos en su mayoría son incapaces de servirle a su gente. 

Las encuestas de opinión confirman que la gente acude a votar masivamente en América Latina pero su disposición a participar en el proceso democrático no debe confundirse con satisfacción en las ejecutorias de la oficialidad.  Al contrario.  El pueblo latinoamericano por lo general no confía en las instituciones, la policía, el ejército, y mucho menos los sistemas de justicia.  El sistema no está atendiendo los intereses de la ciudadanía.

La democracia perdura al menos en las formas, como ritual periódico, pero tiene un serio problema de imagen, por no decir funcionalidad.  Las políticas de austeridad económica, disminución de la asistencia social, promoción de la inversión extranjera y abandono de funciones del estado en beneficio de entes privados (que adquieren poderes cuasi-monopolísticos, y pobremente regulados, en la oferta de servicios al público) han contribuido al aumento en la disparidad económica entre ricos y pobres, el desaliento social y la búsqueda de ganancias en la economía subterránea, el crimen y el narcotráfico.  El saldo: nuestras inseguras ciudades hacen de América Latina el segundo lugar más peligroso para vivir en el mundo, con 25 muertes promedio anuales por 100,000 habitantes (una estadística insostenible e inaceptable).

Los reenfoques en programas de inversión social en Brasil y México en que la asistencia a hogares indigentes se condiciona a que los niños acudan a la escuela y reciban cuidados médicos frecuentes son ejemplos de estrategias novedosas para dirigir la inversión pública en esfuerzos de fortalecimiento social y económico.  Quizás a largo plazo permitan que las nuevas generaciones logren la educación y condición física indispensables para el progreso.  Tal vez ello pudiera romper el ciclo de pobreza, desesperanza y necesidad que nutre al crimen, la violencia y el tráfico ilegal en la región.  Pero eso está por verse pues dependerá de que los servicios sean efectivos, por no hablar de que haya políticas exitosas para el desarrollo de buenos empleos y oportunidades para todos. 
Tampoco debemos olvidar la penosa historia de la guerra civil en la que murieron cientos de miles en Centroamerica, fueron desplazados 2 millones de personas en una población total de 30 millones, y cuyas repercusiones perduran, sus crímenes impunes, mejor olvidados.  Un ejemplo: Guatemala sufrió un verdadero genocidio en que fuerzas militares masacraron más de 200,000 indígenas mayas en una estrategia para detener la guerrilla. Se sacrificaron inhumanamente los más fundamentales derechos de estos herederos de una importante cultura milenaria por razones ideológicas.  Un capítulo que permanece abierto, laceración colectiva que clama por una verdadera sanación.

Por último, no es posible ignorar la amplia demanda de los mercados del norte por los productos del narcotráfico, cuya elaboración y distribución tanto le han costado a América en lo social. 

Mientras haya demanda y gente dispuesta a pagar altos precios por el producto, no podemos pretender que ocurra un milagro en América Latina.           

Wednesday, July 6, 2011

Trillones de Obama

Video: Entrevista en Univision 6 de julio de 2011
Busca la Entrevista / Check out the Interview: http://youtu.be/A2zBzHz8Mg8

La deuda de más de catorce miles de billones de dólares del gobierno de Estados Unidos es consecuencia de los años que lleva gastando el dinero que no tiene.  Para todos los efectos la economía más grande del mundo ya se gasta lo mismo que produce.  Como no está ahorrando, se está quedando corta en inversión suficiente en la educación, investigación e innovación, los pilares de la administración de Barack Obama para crear empleos y reactivar a largo plazo la economía.

Bill Clinton le legó al Presidente George W. Bush un presupuesto balanceado y una deuda de tres mil billones.  Las proyecciones eran que esa deuda quedaría salda y habría un superávit de más de dos mil billones para el 2011.  Lo cierto es que ese supuesto superávit se esfumó.  Estados Unidos le debe a inversionistas de todo el mundo, gobiernos extranjeros y a sus propias agencias más de catorce miles de billones de dólares.  (A China le debe más de $1 mil billones; casi lo mismo a Japón).  ¿Qué pasó?

Una verdadera "tormenta perfecta": malas decisiones presupuestarias y contributivas; falsas expectativas económicas; y el gasto enorme en seguridad por el 9-11 y las guerras de Iraq y Afganistán.  Bush enamoró al electorado del 2000 diciendo que le iba a devolver a los votantes todo ese superávit federal que vaticinaban los “expertos”.  (Y lo hizo; todos los que habíamos pagado contribuciones federales recibimos en el 2001 un buen cheque cortesía del tío Sam).  Amparado también en las proyecciones de bonanza interminable logró legislación que redujo las contribuciones a individuos y corporaciones que más ingreso generan.  Estos beneficios todavía existen hoy, representan un costo directo al tesoro y son vacas sagradas que gozan de la fijación obsesiva de los republicanos en el Congreso de no aprobar ningún impuesto, aunque esté dirigido a personas que no están tomando su justa parte de la “amarga medicina” que tanto oprime a la clase asalariada y que se ha vendido como “indispensable” para salir de la crisis.

La administración Bush redujo las fuentes de ingresos al reducir las contribuciones federales y complicó las finanzas federales al invadir Afganistán e Iraq SIN BUSCAR fuentes para pagar esos gastos (pues no preparó con el Congreso nuevas contribuciones para financiar la guerra).  Sobre todo en Iraq, se trató de una colosal extravagancia pues esa guerra fue justificada en premisas de dudosa validez que no pasaron el cedazo de la prueba irrefutada (las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein nunca aparecieron).   Fue la primera vez que Estados Unidos participa en una guerra y solamente hace préstamos para pagarla (dejándole la factura a quien venga después).

Si Bush heredó de Clinton 3 mil billones de deuda y un presupuesto balanceado, Bush le dejó a Obama 8 mil billones adicionales de deuda y un presupuesto anual para el cual hay que tomar prestado 40 centavos de cada dólar (pues solo se recauda, por impuestos, el 60 porciento de los fondos requeridos EN EL PRESUPUESTO ANUAL).

Difícil tarea tiene el Presidente Obama: vender un paquete de medidas que deberá traer nuevos impuestos y disponer de un presupuesto con menos fondos para los programas de asistencia, desarrollo e inversión que son tan necesarios para reactivar la economía.  En lo absoluto el escenario ideal para quien pretende lograr un nuevo término presidencial en 2012 y que sabe que el tiempo apremia (el desempleo sigue sobre el 9% y estamos a 15 meses para las elecciones).

En esta época de vacas flacas es penoso decir que el tranque entre demócratas y republicanos, y las imprudencias económicas del pasado, complican la gestión del gobierno federal, llamado como está a darle la mano a bancos, aseguradoras y casas automotrices como también a la mujer y al hombre jefes de familia que son la verdadera riqueza y el mejor porvenir de toda una nación. 

Mientras el ciudadano promedio lucha por seguir a flote, pagar su hogar y cuidar de los suyos, vemos cómo los bandos políticos tradicionales se atrincheran y continúan defendiendo posturas irrazonables en los tiempos extraordinarios que vivimos. 

Hay visión, liderato y arrojo de sobra en la Presidencia y el Congreso.  Ahora cada bando tendrá la responsabilidad de dejar a un lado sus dogmas, ceder razonablemente y encaminar con firmeza las decisiones que son necesarias. 


El progreso económico no puede esperar, no puede ser rehén en esta coyuntura. Para lo electoral, tiempo habrá.