Entrevista Univision Puerto Rico / Interview Univision Puerto Rico:
En vivo / Live: 23 June 2012
En vivo / Live: 23 June 2012
En el gobierno hay esta semana los corre y corre de última hora que son típicos de fines de junio. Termina el año fiscal 2011-2012 y comienza el año fiscal 2012-2013. Antes del primero de julio, la Legislatura debe completar el proceso de aprobación del presupuesto y que el Gobernador pueda firmarlo a tiempo para el nuevo año fiscal. El ambiente es de urgencia y la prisa constante; sesiones hasta bien entrada la noche, búsqueda de suficientes legisladores para que las medidas queden aprobadas y muchas sorpresas pues en este desenfreno que es el final de la sesión hay legisladores y grupos de interés que se sacan de la manga medidas y gastos a última hora, para aprobarlos con poca discusión y sin dar mucho tiempo para que el público se entere, opine y pueda descarrilar las que no le sirvan al país.
Este
presupuesto, como todos en la historia reciente, no cuenta con suficientes
ingresos para sostenerse y depende de los bonos de deuda futura, préstamos y lo
poco más que pueda sacársele al Impuesto de Venta y Uso (IVU). Es por tanto
deficitario, lo cual no es malo cuando solamente queda el gobierno como motor
de una economía deprimida y deprimente. Sin embargo, a falta de un plan
concreto y contundente de reposicionamiento económico para Puerto Rico, que
certeramente enfoque nuestra debilidad productiva, este presupuesto representa
de varias formas el regreso, una vez más, este año, al "business as
usual", otra oportunidad desperdiciada para cambiar rumbo.
¿Por
qué está quebrado nuestro gobierno para todos los efectos? Porque nuestro país
gasta más de lo que produce desde hace ya décadas. El costo de los servicios
esenciales que presta el gobierno aumenta, particularmente en la cubierta de
salud gubernamental para indigentes y tantos otros servicios. Y los recaudos
por contribución sobre ingresos han colapsado debido a que muchos no reportan
todo lo que reciben de ingreso y, más importante, los que trabajan ya no ganan
lo que ganaban antes y los muchos ni siquiera consiguen trabajo. Y la
imposición del IVU ilustra que traer un nuevo impuesto, en una economía en
contracción, ha sido un verdadero desastre para el ciudadano (teniendo en
cuenta además que hay muchos comercios que cobran el IVU y no lo someten a
Hacienda y que el gobierno está captando solamente el 50% de lo que se estima
debiera generar el IVU). Muchos predijeron esto pero fue irresistible explotar
el mucho dinero (y base para endeudarnos más) que el concepto "IVU"
representó, a corto plazo, para legisladores y las administraciones que han
"supervisado" tan ineficientemente su recolección.
Con
una fuente de ingresos reducida, es inevitable que se afecten todos los
servicios. Mientras no reinventemos nuestro país en una economía globalizada,
no cambiaremos el cuadro. Puerto Rico perdió su lugar en la economía mundial
por razones internas y externas. Las internas incluyen: la fuga de talento
("brain drain"), inflexibilidad administrativa, ineficiencia
gubernamental, burocratismo (piense en "sellos",
"comprobantes", "colecturías", "permisos", "patentes",
"permiso de uso, bomberos, salud", "inspecciones",
"marbetes", "certificado negativo de deuda",
"ASUME", "servicios en línea" que frecuentemente no
funcionan y el consabido "hoy no hay sistema", "certificado
médico" -- hasta para sacar una licencia de conductor, etc.),
oligarquismo, tribalismo y traslado de la actividad económica al mundo del
"cash", lo informal, subterráneo y delictivo (donde no hay forma de
captar contribuciones y se multiplican las fuentes del crimen y la inequidad).
También las razones son externas (y Puerto Rico simplemente se ha sentado a
mirar lo que pasa globalmente en falsa confianza de que está protegido por su
relación con los Estados Unidos). Las causas externas incluyen: el fin del
incentivo contributivo federal bajo la sección 936 del Código de Rentas
Internas federal, el Tratado de Libre Comercio NAFTA y el CAFTA-RD, el
"outsourcing", el enfoque corporativo en actividad "capital
intensive", la recesión mundial, y el libre movimiento de inversión,
bienes y servicios hacia las economías de Asia, junto al alto costo de las
materias primas, el combustible y la transportación en todas sus modalidades.
Muy mal momento escogimos para no hacer lo necesario: el gobierno federal
recortará trillones de dólares en sus transferencias a los estados y las
jurisdicciones en los próximos años en intento de proteger el tesoro federal
del colapso. Tenemos que poner en marcha estrategias para atender todas esas
causas externas e internas y construir una nueva identidad económica que le
sirva a nuestra gente y que nos haga nuevamente el lugar ideal para crear e
invertir.
Por
eso el nuevo presupuesto del gobierno de Puerto Rico se quedará corto en ponernos
en marcha. Incluirá oportunidades para el gasto de dinero público en los
llamados "barriles de tocino", distribuirá ventajas y beneficios
sobre bases electoreras (este año hay referéndums y elecciones) y contendrá
disposiciones para beneficiar a unos y otros a cuenta del dinero que le
pertenece a todo el país. Los medios han reseñado barriles millonarios y
propuestas de transferencias de bienes valiosos del estado
("regalos") a instituciones privadas sin siquiera una estructura de
pareo de recursos privados y públicos que distribuya la carga hacia las
entidades privadas que sí tienen dinero y que refleje un esfuerzo concertado
para promover (no cargar con) a largo plazo el tercer sector (y liberar al
gobierno, que somos todos, de llevar sólo el costo de proyectos particulares
por el resto de los tiempos).
Yo
invito a leer detenidamente la Ley Número 7 de Emergencia Fiscal del año 2009.
Contiene la política pública de la Legislatura y el Gobierno referente a
ingresos, gastos, finanzas y programas gubernamentales. Sus postulados fueron
la base para muchas decisiones difíciles que fueron tomadas para el país y
cuyas consecuencias muchos de nuestros ciudadanos todavía padecen. Juzguemos el
nuevo presupuesto y otras medidas fiscales que entrarán en vigor el 1 de julio
a base de la política pública contenida en dicha ley y pensemos cómo ha llegado
nuestro país al cuadro actual y cómo podemos adoptar un rumbo certero y
sistemático a largo plazo que nos reinvente y nos reposicione en un complicado
entramado económico global.
Y
actuemos ya.
Nos
lo debemos a nosotros mismos y a nuestros hijos.
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