Entrevista / Interview Univision Puerto Rico: 19 March 2012
De repente, en Puerto Rico se ha puesto de moda convocar a los ciudadanos a expresar sus preferencias electoralmente. La Administración en el poder, que se enfrenta en noviembre a un posible juicio severo del electorado que le responsabiliza por el crimen desenfrenado, la falta de empleo, el estancamiento económico y el favor para unos pocos, propone enmendar la Constitución de manera que le sea más fácil a los jueces en las salas de lo penal locales denegar el derecho a fianza en ciertos crímenes. También propone disminuir el tamaño de la Asamblea Legislativa en un 30 porciento. Y presentará al país un plebiscito de preferencia de estatus político el mismo día de las elecciones. Un muy complejo cuadro de consultas a los votantes en uno de los momentos en que en más baja estima tienen los puertorriqueños los procesos electorales.
Resulta irónico que se lleve al electorado tanta consulta en los próximos meses cuando todavía, a dos meses de haberse llevado a cabo las primarias, todavía se desconoce la totalidad de los candidatos que triunfaron y el propio partido de gobierno se ha desgarrado en dos bandos que se han dedicado por las pasadas ocho semanas a probarle al país cuál de los dos es menos culpable de haber alterado criminalmente las votaciones mediante todo tipo de esquema delictivo dirigido a nulificar la voluntad del elector, voluntad que nunca se sabrá libre de dudas.
Y en este verdadero fiasco que fueron las primarias ahora se le dice al país que sus gobernantes desean escucharles mediante sus votos en cuestiones tan fundamentales como lo son alterar los principios de derecho constitucional que nos gobiernan. ¿Quién garantiza que no se repitan los fraudes de marzo? ¿Quién está dispuesto a empeñar su credibilidad y buen nombre en un proceso que tanto se presta a la desconfianza y la manipulación, como quedó evidenciado en la primaria?
En política todo tiene un "tempo". Ahora mismo, mientras continue el país esperando por una transparencia primarista que es ya una contradicción semántica, muy difícil es venderle al pueblo que ahora sí, en las consultas que se aproximan, triunfarán en buena lid las propuestas que en efecto más votos válidos obtenga.
¿Podemos fiarnos de un proceso que ha probado ser tan deficiente?
Muy mal tiempo este que impera.....
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