Sunday, April 15, 2012

Promesas Sin Cumplir

Entrevista / Interview Univision News Puerto Rico April 14, 2012
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Los partidos políticos principales de Puerto Rico paralizaron el recuento de las votaciones en las Primarias 2012 por un importante tranque: el mantener secretas las identidades de los votantes que participaron de la elección.  Una pesada sombra de desconfianza se posó sobre este proceso pues el pueblo, que tiene muy claro cómo va el país, exige que sus partidos sean responsables con el sagrado derecho del voto y no tolera que se juegue con los votos en este ensayo de la complicada agenda electoral del año que ya está sobre nosotros: (1) referendo sobre cambios a la Legislatura; (2) referendo sobre derecho de fianza; (3) y (4) plebiscito de estatus en dos votaciones; y (5) elecciones generales.

Muy interesante que el issue del recuento post-primaria haya terminado en una demanda en el Tribunal buscando desautorizar al Presidente de la Comisión Estatal de Elecciones y el proceso con el cuál él proponía resolver el impasse por fiat ejecutivo.  Los partidos, que en sus posturas iniciales dejaban sin cumplir el compromiso de darle al país unas votaciones claras, justas, precisas, limpias y rápidas, se encontraron en una poco común vista oral en el Tribunal Supremo escuchando de nuestros propios jueces preguntas interesantes y sabias exhortaciones a resolver la disputa y no esperar al remedio que pudiera surgir del Alto Foro. 

Y rápidamente quedó resuelta la controversia.  El Supremo descargó fehacientemente su función como pilar institucional de nuestra democracia, los partidos vieron "the writing on the wall" y, en vez de esperar por una decisión judicial con la cual tendrían que vivir todos los bandos, gustárale o no a cada uno, acogieron el proceso transaccional y retomaron el cumplimiento de la promesa que le deben a Puerto Rico: que nuestras elecciones procedan a la certificación de electos y derrotados libre de mancha.  Ahora les toca terminar lo que falta de la Primaria y corregir lo que sea menester para que esas cinco votaciones que se acercan cumplan lo que todos esperamos.  Y que a cada cual que haya obrado ilegalmente en la Primaria le caiga el peso de la ley y las multas de rigor.

En política no hay día aburrido.  Ni siquiera lleva un año en el puesto y ya el Director de Energía Eléctrica parece que va camino de quedarse fuera del puesto.  Por sus propias palabras en un muy público foro, confirmó que la Administración no cumplirá la promesa de campaña de reducir la factura del servicio eléctrico.  Una prueba más de que no hay poder en la Isla (o el mundo) que por sí mismo pueda controlar las variables complicadas de nuestra economía globalizada, en particular los vaivenes en el régimen que dirige la explotación y venta del petróleo mundial. 
Prometer que "la luz bajará" es política pública tan factible como que un mero mortal camina sobre el agua.  No es creíble.  Y es el tipo de promesas que se convierten en munición para el opositor en la faena política: el mero tener que explicar todos los fundamentos por los cuales decir que la promesa se está cumpliendo pone al candidato a la defensiva.  O se cumplió, y lo vemos en la factura mensual, o no se cumplió.  Explicaciones sobran y enfadan.  Lo demás, ahí queda en blanco y negro en una factura mensual de luz de las más onerosas del mundo.  No hay argumento que lo derrote.

Así las cosas, como por arte de magia empiezan a relucir "chichones" que implican al Director de AEE en cobros ilícitos de contribuciones para campañas políticas en esquemas que suenan al "pay for play", extrañas concesiones de derechos de pensión a una "viuda" que no lo es, y quién sabe qué otras cosas.  Se informa que el martes la Junta de Gobierno "enfrentará" al Director hoy bajo asedio.  Todo parece el típico guión de lo que antecede a una "renuncia".  La semana dirá. 

La moraleja: el cumplir promesas gana loas aunque pocas pero es imprescindible para el funcionario que busca la reelección. 
El incumplir, por su parte, se convierte en prisión terrible que no suelta su más vulnerable presa: la Credibilidad.  A cada oportunidad, la oposición, si no el País, aprovechan para recordarlo.

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