Hay Hambre en África
....Mucha, Todavía
Nuevamente, África enfrenta una tragedia humana causada por la guerra, la sequía y el hambre. En Somalia, Etiopía, Eritrea y Kenia está ocurriendo una verdadera huída de miles de hombres, mujeres y niños que no tienen comida, cuidado o seguridad alguna.
....Mucha, Todavía
Nuevamente, África enfrenta una tragedia humana causada por la guerra, la sequía y el hambre. En Somalia, Etiopía, Eritrea y Kenia está ocurriendo una verdadera huída de miles de hombres, mujeres y niños que no tienen comida, cuidado o seguridad alguna.
La Organización de las Naciones Unidas hace un año dió la voz de alerta y obtuvo de sus países miembros mil millones de dólares en fondos para atender la crisis africana. Sin embargo, el Secretario General Ban ki-Moon ha hecho un llamado para recolectar mil seiscientos millones de dólares adicionales imprescindibles para evitar una catástrofe humanitaria mayor este año. ¿Por qué África no ha podido salir del abismo?
En los últimos sesenta años, los países más avanzados del mundo han destinado más de mil billones (un "trillón") de dólares en ayuda económica para los países africanos, en efecto la mitad de toda la ayuda internacional destinada a países del "tercer mundo". Ha sido prácticamente en vano. El dinero donado no ha hecho gran diferencia.
Un estudio del Banco Mundial indica que 85 centavos de cada dólar en ayuda a países africanos no se usa para el propósito estipulado, se malgasta en burocracias ineficientes o desvanece en organizaciones corruptas. Eso es una pérdida casi total del dinero que la comunidad internacional ha donado durante 60 años.
Más irónico aún, estudios económicos recientes demuestran que los países africanos son más pobres y débiles tras décadas de ayuda económica internacional. De hecho, se ha observado una relación directa entre la ayuda económica y un marcado aumento en la pobreza en África. En los últimos treinta años del siglo 20, la ayuda internacional destinada a África alcanzó niveles máximos sostenidos. En ese mismo periodo, la pobreza en África aumentó marcadamente del 11 porciento en 1970 al 66 porciento de la población en 1998: 600 millones de personas son pobres en una población total de 1 billón en el continente.
La ayuda extranjera ha tenido repercusiones perversas en el continente africano. Entre las consecuencias se encuentran: disminución en el ahorro y la inversion interna; aumentos nefastos en el costo del servicio de la deuda soberana; efectos inflacionarios en el costo de artículos y servicios de primera necesidad; reducción en el sector de exportaciones; erosion del capital social e instituciones débiles.
La crisis humanitaria en la región del “Cuerno de África” (ver mapa) requiere medidas urgentes para detener el hambre y atender los problemas masivos de vivienda, nutrición, higiene y salud en una población que no ha visto su destino mejorar a pesar de tanta ayuda externa. Los $1.6 billones nuevos que busca Naciones Unidas son imprescindibles para poder atender estos apremiantes problemas y lograr estabilizar la situación. Pero ya hay que trazar estrategias preventivas realistas, efectivas y claras. Dar por dar no ha tenido resultado.
Mirando al mediano y largo plazo, una vez atendida la urgencia, es obvio que hay que identificar mejores maneras de colaborar para el desarrollo económico y social en África; meramente continuar enviando billones de dólares al año ha causado más daño que bien.
Hay que mirar ejemplos en China, los “tigres” asiáticos, Rusia, Chile, Brasil, India y África del Sur: todos, al igual que los 53 restantes países de África, han recibido significativa ayuda internacional. Todos, a su manera, han progresado. Ninguno ha visto su población en pobreza aumentar estrepitósamente de uno a seis de cada diez habitantes. Ello sería insostenible e inaceptable en las economías desarrolladas y en las emergentes.
Como lo debería ser también en África.